martes, 1 de septiembre de 2015

"DISTANCIA DE RESCATE". SAMANTA SCHWEBLIN

     Relato perturbador en grado sumo que narra el diálogo entre una agonizante y un niño. Samanta Schweblin nos transporta a una novela de pesadilla, entre mundos, que asfixia  al lector. Y lo digo como un verdadero halago. Esta autora argentina, sin lugar a dudas, va a ocupar muchas portadas y se va a convertir en un referente literario. Su manejo de la tensión narrativa y el ambiguo mundo en el que nos introduce, entre real y alucinatorio, es de una perfección técnica absoluta. Personalmente, me recuerda mucho a algunos relatos de Cortázar.

    Distancia de rescate hacer referencia a los sutiles mecanismos de protección que tienen las madres con sus hijos, hija en este caso. Distancia que en cualquier momento se puede romper, que es al fin el verdadero objetivo  de este relato. Un diálogo entre un niño que es una especie de espíritu, tratado con  una ambigüedad tal que no sabemos si malo o bueno, y Amanda, una mujer que se encuentra de vacaciones y explica los sucesos que la han postrado. El conocimiento que el niño tiene sobre la muerte es aterrador y, en ese sentido, la obra se acerca a la literatura de género. Pero la obra es un canto desgarrado de amor y de miedo a la pérdida. Amanda puede aceptar su muerte, pero en ningún caso la dejación de sus deberes de madre, la desprotección de su hija. La voz de la madre, apremiada por la del niño, es una voz con resonancias de ultratumba. Y ese diálogo, estilizado,onírico y agobiante exaspera a un lector que no acierta a saber qué le están contando.

    Por otro lado, el campo, lugar al que la madre se va a relajar para pasar las vacaciones,  aparece aquí como un espacio antiideal en el que lo telúrico, lo misterioso, es terreno propicio para el chamanismo. Pueblo y campo como receptáculos de la enfermedad y la muerte.

    Por último, me gustaría dar relevancia a la conversación final entre los padres, contada por una madre ya visionaria, testigo de algo imposible - lo que da al relato la perspectiva espiritual y de irrealidad que contamos - y que dota al texto de un dramatismo desgarrador.

    En conclusión, me gustaría hacer notar que esta pequeña novela que se lee en unas horas es uno de los descubrimientos más extraordinarios que he hecho en años. Un saludo de El Criticón Lector.