jueves, 30 de marzo de 2017

"MARTES DE CARNAVAL". RAMÓN MARÍA DEL VALLE INCLÁN

    Bajo este título se encuadran tres de los exponentes más significativos de los esperpentos valleinclanescos. El esperpento, como género literario, supuso una vuelta de tuerca a la propia escritura de Valle y una conexión con la realidad literaria vanguardista y expresionista de la época. Una forma genial con la que Valle alcanzó sus más altas cotas de lucidez literaria y activismo crítico político.

     En las tres obras se produce una revisitación en clave paródica, grotesca, desmitificadora y rufianesca de varios mitos de la literatura hispánica. Por otro lado, es una crítica feroz al estamento militar de la época. Al que Valle considera una de las causas de la situación lamentable española.

    " Las galas del difunto " es la aventura nocturna y desvergonzada de un Don Juan caradura y procaz, Juanito Ventolera, que se hace con las galas de un difunto para lucir y conquistar a una mujer. Su falta de moralidad, su procacidad, nos muestran en clave tragicómica el estado penoso en que se encuentra el país. Después de la guerra la falta de ética es ya una opción de vida imposible de evitar parece decirnos Valle. Por otra parte, en este esperpento se observa claramente la difícil relación entre la tropa y los mandos. La situación de la protagonista femenina es, en este caso, de desprotección absoluta, pues hasta su propio padre ha renegado de ella, teniendo que buscarse la vida de mala manera.

     "Los cuernos de Don Friolera" viene a parodiar el mito del honor calderoniano. Y, como en la anterior el personaje sufridor, ya que opta por la solución drástica del honor se ve golpeado brutalmente en su decisión. El proceso de deshumanización que vemos en Pascual Astete, Don Friolera, un pobre hombre pusilánime y ridículo, se va viendo en cómo lo ven los demás, en cómo hablan de él los demás. El proceso social, el acoso, al que se ve sometido, esa España de visillos y miradas tras las ventanas, esa España de juicios morales sumarísmos (que todavía hoy se sigue viendo en las redes sociales) es tan demoledor que de algún modo obliga a Don Friolera a actuar.

    "La hija del capitán" viene a mostrar la bajeza moral de un padre, que para medrar y beneficiarse del sistema,da a su hija de concubina de un general. Una hija que, en el maremagnum de podredumbre, no se queda atrás y entre asesinatos,saqueos a muertos, negocios espurios, prensa advenediza e interesada, trata de sacar tajada y huir con su amante el golfante. La visión del estamento militar en este esperpento no puede ser más penosa, dispuestos siempre al alzamiento, corruptos e instalados en un concepto de patria absurdo y ridículo.

    Si los esperpentos buscan reflejar el sentido trágico de la vida española mediante los espejos deformantes, no hay duda que lo consigue, destacando particularmente, cómo no podía ser menos en Valle el uso del lenguaje, un prodigio de conocimientos, de semanticidad crítica, de belleza antinaturalista. El artificio poético que es el esperpento está sustentado en el uso de un léxico tan amplio, de tal fuerza ideológica, que subyuga.Por otro lado, toda la obra destila una podredumbre moral que hace que el lector espectador casi tenga que taparse la nariz, Y el burgués biempensante sale dolorido ante el espectáculo doloroso que se le propone.

    Un saludo del Criticón Lector.


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